¿Cómo afecta el estrés a nuestra salud?

estrés

Todos en algún momento de nuestra vida estamos expuestos al estrés. En algunas ocasiones lo podemos sufrir de forma ocasional, y en otras, puede convertirse en un fiel compañero. Por ello, es importante poder identificarlo, ya que el estrés es causa de muchas afecciones médicas de las que ni siquiera somos conscientes.

Definición de estrés

Lazarus y Folkman definieron el estrés como: “conjunto de relaciones particulares entre la persona y la situación, siendo ésta valorada por la persona como algo que excede sus recursos y que pone en peligro el bienestar personal”.

Por tanto, entendemos el estrés como una serie de mecanismos internos de respuesta que tiene el cuerpo humano ante una determinada situación. Por ejemplo, pensar en un examen final hace que reaccionemos con sudoración y que nuestro corazón se acelere. Esto sucede debido a que el estrés prepara al organismo para defenderse o luchar ante una situación peligrosa y que facilite la supervivencia.

Un factor importante que no debemos olvidar es: el significado. Esta aportación la realiza Lazarus dándole suma importancia a la evaluación que realiza el individuo sobre la situación, y es que como ya sabemos, no todos reaccionamos de la misma manera ante un evento similar. Por lo cual, la evaluación es personal y existen diferencias individuales en la percepción de los estímulos como amenazantes o no.

Además, existe otra evaluación que es la que realiza el sujeto de sus recursos y de las opciones de respuesta que dispone para la situación. La valoración que realizamos de nuestros recursos será la que determine nuestra forma de afrontamiento para conseguir disminuir la activación.

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Modelos de estrés: Teoría basada en el estímulo

Existen diferentes modelos explicativos para el estrés, pero en este artículo nos centraremos en la Teoría basada en el estímulo de Holmes y Rahe, quienes realizaron una lista de acontecimientos vitales que pueden producirnos estrés para posteriormente evaluarlos:

  • Acontecimientos vitales extraordinarios: Son los más catastróficos, incontrolables e impredecibles. Encontramos las catástrofes naturales y los atentados terroristas.
  • Acontecimientos biográficos: Aquí encontramos la muerte de la pareja, un embarazo, el divorcio, dificultades sexuales, etc. Estos no son los que más repercusión tienen en la salud.
  • Acontecimientos vitales menores: Pueden causar estrés por acumulación como la anulación de citas, la falta de puntualidad de los demás, no conseguir las metas establecidas, etc. Son buenos predictores de nuestro estado de salud.
  • Tensión crónica: Se da en situaciones que provocan un estado de alerta permanente como los problemas económicos, los matrimonios fallidos, la tensión laboral, etc. Estos aumentan el riesgo de enfermar.

Entre los principales agentes estresores que más evidencias han demostrado provocando estrés, comparten dos características siendo: incontrolables e impredecibles.

Consecuencias del estrés

Cuando una persona está sometida a un elevado grado de estrés y no puede adaptarse a las demandas requeridas por el entorno, se produce un estado de activación sostenida. El Sistema Nervioso Central al estar sobreactivado exige más rendimiento de subsistemas fisiológicos, y al no poder volver al estado base comienza a fallar.

La activación fisiológica va unida de la activación emocional, provocando en numerosas ocasiones alteraciones psicológicas. Las más frecuentes que podemos encontrar son los trastornos de ansiedad, pero veamos aquí una lista de las más comunes:

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Manifestaciones psicológicas:

  • Dificultad de concentración
  • Bajo rendimiento intelectual
  • Temor o aprensión
  • Despersonalización
  • Hipervigilancia
  • Estado de alerta

Manifestaciones fisiológicas:

  • Inquietud motora
  • Cansancio
  • Alteraciones del sueño
  • Disfunciones sexuales
  • Sudoración
  • Sequedad bucal
  • Inestabilidad
  • Alteraciones digestivas
  • Sensación de ahogo

Somatizaciones:

  • Queja, molestia o síntoma (cualquiera de los anteriores) que no se pueda justificar a través de un examen médico y que aparece como consecuencia de una tensión o conflicto emocional que no ha sido resuelto

Hay personas que ante situaciones estresantes pueden presentar síntomas físicos, otros síntomas psicológicos, o incluso ambos. Todo va a depender de nuestro sistema de respuestas, nuestra vulnerabilidad y diferencias personales.

Ten en cuenta que en la mayoría de las ocasiones, las consecuencias del estrés aparecen justo después del acontecimiento estresante. Esto se debe a que nuestro sistema emplea todos sus recursos para afrontar la situación y una vez pasada cuando se ha relajado, es cuando aparecen los síntomas.

Relación de estrés y enfermedad

Algunos pacientes con enfermedades médicas pueden presentar síntomas de estrés que son interpretados de una forma equivocada como consecuencia de su enfermedad. Es decir, tienen una enfermedad diagnosticada, pero aún así están padeciendo estrés.

Esto hace que la gravedad del cuadro del paciente se agrave, como por ejemplo, teniendo que tomar medicación para síntomas que tiene un origen psicológico y que podrían resolverse a través de la terapia psicológica contra el ansiedad. Los síntomas que se ven con más frecuencia y son confundidos en consulta son:

  • Temblores
  • Cefaleas
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Náuseas
  • Insomnio
  • Fatiga
  • Sudoración

Cómo prevenir el estrés

  1. Identificarlo: Es uno de los primeros pasos para poder paliarlo. En caso de no saberlo, puedes solicitar ayuda psicológica.
  2. Prestar atención a tu estado de ánimo: Una manera de empezar a ser conscientes de qué es lo que nos ocurre y por qué es escribiéndolo. Por ejemplo: situación, pensamiento y emoción.
  3. Dedícate tiempo para ti: Aunque solo dispongas de unos minutos, tu cuerpo y mente te lo agradecerán. Busca ese ratito para ti y ayúdate de música, ejercicios de respiración, meditación o mindfulness.
  4. Evita de las situaciones agobiantes: A veces es mejor tomar un poco de distancia para protegernos. Si ves que una situación va a causarte mucho estrés, tómate un tiempo y vuelve cuando estés preparado.
  5. Revisa tu horario: Comprueba tus actividades e intenta organizarlas para desechar las que no sean prioritarias y poder tener más espacio para ti o las actividades que sean prioritarias.
  6. Actividad física: El ejercicio es una de las mejores herramientas para combatir el estrés y volver al estado base.
  7. Apoyo social: La red de apoyo es imprescindible. Ayúdate de tu familia, amigos, pareja, etc.
  8. No te exijas: Sé comprensivo contigo y con los demás. Nadie es perfecto.
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Si sufres estrés y no te ves capaz de manejarlo, en nuestra consulta de Psicología de PsyBilbo, a cinco minutos de Plaza Moyua, estamos a tu entera disposición para dotarte de herramientas. Contacta con nuestro equipo.

Diana Synelnyk

Psicóloga General Sanitaria

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