La fobia se adquiere normalmente cuando el sujeto ha tenido una experiencia aversiva en la que ha sufrido un daño o bien ha experimentado una situación como amenazante para su integridad. Pero esto no siempre sucede así, ya que en ocasiones las fobias se adquieren mediante la observación de la conducta del miedo intenso de otra persona (lo que se denomina aprendizaje vicario).
Otro mecanismo por el que se puede adquirir una fobia es el de la instrucción o información sobre lo peligroso que puede ser un determinado evento. De esta forma, hay personas que sin haber sufrido daño alguno, responden con un miedo intenso.
Por último, otro factor fundamental para la adquisición y mantenimiento de la fobia es el de la respuesta, y aquí la intensidad de la respuesta fóbica va a depender de dos factores: la gravedad de la situación experimentada como negativa; y que el sujeto reaccione con conductas de escape o evitación.
Fobia social