No existe una norma general en la que se indique cuál es el momento exacto de acudir a un psicólogo para solicitar ayuda, ya que dependiendo de la persona y de la manera de gestionar su situación y necesidades variará la urgencia para acudir o no a terapia.
Sin embargo, sí que podemos decir que puede ser conveniente acudir a un psicólogo cuando detectemos que algo no va bien en el nuestro bienestar emocional, o si empezamos a observar la aparición de determinados síntomas concretos asociados, como pueden ser por ejemplo ansiedad, alteración del sueño o de trastornos en la alimentación, sensación de tristeza, falta de concentración, estrés, etc.