¿Cómo puedo aceptarme? Mientras que la autoestima es algo que experimentamos, la aceptación de mí mismo radica en no confrontar con nosotros mismos. No puede existir una autoestima sana sin la aceptación, ya que son dos conceptos que van de la mano. Y aunque uno no pueda existir sin el otro, no significan lo mismo.
Nathaniel Branden decía: “De todos los juicios que nos planteamos en la vida, ninguno es tan importante como el que entablamos sobre nosotros mismos”.
Puesto que, la forma en que nos valoramos y nos respetamos va a repercutir en todos los ámbitos de nuestra vida. La forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos, afectará inevitablemente a la forma con la que nos relacionaremos con los demás y con el mundo. Asimismo, la forma en la que interactuamos con los demás y con el exterior, nos repercute en la relación que establecemos con nosotros mismos.
Aceptarnos
Aceptarnos significa estar de nuestro lado, es decir, no entrar en una lucha sobre lo que sentimos, quiénes somos o lo que queremos. El crecimiento personal, no es posible si no nos aceptamos, ya que si no, nos estaríamos boicoteando y ninguna terapia o tratamiento funcionaría entonces.
Asimismo, es vital aceptar que:
- Pensamos lo que pensamos
- Sentimos lo que sentimos
- Deseamos lo que deseamos
- Hemos hecho lo que hemos hecho
- Somos lo que somos
Y que todo lo anterior, no es algo que sea ajeno a nosotros, si no que forma parte de nuestra esencia más profunda. A veces, se confunde el hecho de que la aceptación está relacionada con nuestra última elección y esto no tiene porque ser una regla. Podemos aceptar lo que sentimos, deseamos, pensamos, etc. sin que nuestra conducta esté mediada por nuestras emociones. Lo vemos más fácil con un ejemplo:
“Hoy no me siento especialmente alegre como para ir a una celebración; reconozco y valido mis sentimientos de tristeza o apatía, los experimento, los acepto y voy a la celebración. No me quedo “enganchado” en el estado de tristeza/apatía y voy a la celebración sin engañarme a mí mismo”.
En ocasiones, el simple hecho de aceptar nuestros sentimientos negativos hace que nos desprendamos de ellos. Tanto es así, que hacerlo supone la condición previa al cambio y a nuestro crecimiento personal.
Otro punto importante, es el concepto de la compasión con nosotros mismos. Aceptar que hemos cometido un error, no solucionará el error, pero sí podemos comprender por qué lo cometimos o qué es lo que nos llevó a ello. Por lo que la compasión nos ayuda a que la probabilidad de que el error se vuelva a repetir sea menor.
Respetar el sí-mismo
Puede parecer muy obvio, e incluso, muchos pensaréis “yo, me respeto”. Pero en la mayoría de las ocasiones, no es así o el concepto no queda claro del todo.
Respetarnos va de la mano de ser conscientes de:
- La elección de pensar
- Ser consciente
- Dirigir la conciencia hacia el mundo exterior y hacia nuestro propio ser
Si esto no sucede, estaremos ignorando nuestro ser y, por tanto, no respetaremos la esencia del sí-mismo.
Cuando nos respetamos, estamos dispuestos a pensar de una manera independiente, de acuerdo con nuestra propia mente y con la valentía de contemplar nuestras percepciones y nuestros juicios.
No se trata tan solo de enfrentarnos a lo que sentimos, queremos o deseamos, sino también a lo que nos da miedo, lo que nos duele o lo que nos irrita, y cómo no, a aceptar experimentar cada uno de esos sentimientos o estados.
El respeto hacia el sí-mismo, no puede existir si no hay una aceptación de lo que es uno mismo, de su forma de pensar o sentir. Somos seres individuales con nuestras propias ideas y no debemos vivir de acuerdo con las expectativas o deseos de otros.
De esta manera, para practicar el respeto al sí-mismo tenemos que ser egoístas en cierta forma, donde tendremos que escuchar las necesidades de nuestro yo, pero teniendo en cuenta las de los demás.
Practicar la aceptación
En ocasiones, no nos escuchamos y negamos lo que sentimos, esto sucede cuando:
- Evitamos conectar con la realidad
- Limitamos nuestra respiración y contraemos la musculatura
- Cuando nos disociamos
Para poder escuchar nuestras emociones, debemos:
- Prestar atención al sentimiento o emoción
- Respirar profundamente y relajar nuestro cuerpo
- Conectamos con la realidad de: este es mí sentimiento y lo poseo
Un ejercicio sencillo
- Colócate delante de un espejo y mírate durante unos segundos. Si puede ser un espejo donde te veas de cuerpo entero, mejor.
- Fija la atención en cómo es tu cuerpo y si hay alguna parte que no te guste. Detén la atención en ese punto y obsérvate durante unos segundos más.
- Es probable que comiences a sentirte incómodo, y que incluso, quites la vista hacia otra zona. Pero vuelve hacia esa parte con la que no estás conforme y repite: “Me acepto tal y como soy, sean cuáles sean mis defectos o imperfecciones”.
- Puede que comience a resonar en tu cabeza: “¿Cómo voy a aceptarme si no me gusta lo que veo? Pero recuerda, aceptarte no es lo mismo que gustar. Por lo que, puedes aceptarte sin que te guste alguna parte de tu cuerpo y desear o imaginar cambios o mejoras.
- En el momento que aceptamos, es cuando comenzamos a notar cierta relajación, porque dejamos de resistirnos a la realidad.
¿Qué pasa si nos resulta imposible aceptarnos?
A veces, nos resulta imposible poder aceptar una situación o a nosotros mismos. Nos sentimos bloqueados e incapaces de gestionar la situación. En ese caso, lo que se recomienda es centrarse en el bloqueo, es decir, sabemos que estamos bloqueados y que nos resistimos, por lo que la solución se encuentra en aceptar que tenemos una resistencia. Debemos entender en qué punto real nos encontramos. Una vez entendido esto, es cuando podremos ir conectando con los sentimientos o emociones que nos genera encontrarnos bloqueados. Si no puedes aceptar la experiencia, acepta tu resistencia.
Importante no confundir
Existen dos creencias falaces con las que nos topamos cuando está presente la dificultad de aceptarnos a nosotros mismos:
- Si aceptamos quiénes somos y lo que somos, debemos aprobar todo lo que somos.
- Si aceptamos quiénes y lo que somos, no podemos cambiar o mejorar.
La pregunta radica en: si no aceptamos lo que somos, ¿cómo podemos cambiar?, ¿cómo encontraremos la motivación para el cambio? La negación, es lo que hace que nos quedemos anclados sin poder avanzar.
Conclusión
Ya hemos visto la importancia de la aceptación para una buena autoestima y cómo negar nuestros sentimientos, acciones o deseos, solo nos llevan a que sigan dando vueltas en bucle en nuestra cabeza sin que nos permitan avanzar.
Muchos expertos en Psicología coinciden en la relación que existe entre una buena autoestima y un bienestar psicológico y, de la misma forma, en la relación estrecha que existe entre el respeto al sí-mismo y la autoestima que afectan a la forma en la que nos relacionamos con nosotros y con el mundo.
De modo que, para poder lograr un estado de bienestar debemos trabajar sobre las bases que conforman nuestra autoestima, ya que si no, una baja autoestima puede derivar en patologías como la ansiedad y/o la depresión en su expresión más común.
Si te sientes inseguro o tienes dificultades sobre cómo puedes potenciar el respeto hacia el sí-mismo, no dudes en contactar con nuestra consulta de PsyBilbo, donde te asesoraremos sobre cualquiera de las cuestiones que puedan surgir.
Por último, te dejo esta frase final para tu propia reflexión:
Si no aceptamos nuestra realidad, ¿cómo podemos empezar a cambiarla?
Diana Synelnyk
Psicóloga General Sanitaria