“Llegó el día en el que tengo que dar una charla de cara al público para explicar el proyecto en el que estoy trabajando… ¡qué nervios! Me sudan las manos y noto que el corazón me va a mil… ¿y si no me entienden lo que estoy explicando? ¿y si de repente me quedo en blanco? ¿y si no sé responder a las preguntas que me realicen? Madre mía qué calor hace aquí, no me siento muy bien…”
¿Os suena de algo este ejemplo? En efecto, estamos ante el denominado miedo escénico.
¿Qué es el miedo escénico?
Podemos entender el miedo escénico como una reacción de ansiedad que se da ante una situación social específica. Como hemos visto en el ejemplo anterior, aparece a la hora de realizar algún tipo de actividad en público como puede ser hablar, actuar, realizar algún deporte, cantar, etc.
¿Por qué sucede? ¿Es normal?
El principal motivo es porque el ser humano cuanto más o cuanto menos le da una importancia a la mirada externa. Esta relevancia al foco exterior nace en el proceso evolutivo de la persona. Hay un momento en la niñez que el individuo empieza a tener conciencia evaluadora, es decir, sabe cuando las cosas están bien o mal. Un ejemplo clásico es cuando somos muy pequeños y nos da igual hacer cualquier tontería porque no tenemos esa conciencia de que la gente nos evalúa. Más tarde, con el salto en el desarrollo personal, esas conductas que antes hacíamos sin miedo a que opinasen los demás se van limitando, ya que, surge en nosotros el temor a la evaluación.
Por tanto, el miedo escénico es una conjunción de capacidades propias (“¿seré capaz?”) y evaluación grupal (“¿me aceptarán?”). Está reacción ansiosa que nos suele entrar a raíz de este miedo es totalmente normal, ya que ante situaciones interpersonales en las que nos exponemos, padecer temor, inquietud o inseguridad es parte de nuestro repertorio de respuestas adaptativas ante las situaciones, con lo que normalmente ante el miedo escénico sufrimos de ansiedad inicial, pero logramos sobreponernos y adaptarnos a la situación.
Pautas para afrontarlo
Aunque estemos diciendo que este miedo en principio es normal y adaptativo, no quiere decir que no lo pasemos mal. Por ello, a continuación, vamos a ver una serie de pautas sencillas para conseguir llevarlo mejor y que no acabe llegando a generar un pánico escénico o incluso ataques de ansiedad, lo cual, ya si sería un problema. Vamos a ello:
1. Técnicas de relajación previas
La ansiedad que produce el miedo escénico es, entre otras cosas, una activación de las respuestas fisiológicas corporales y explica que, por ejemplo, notemos las pulsaciones del corazón, incremento de calor, sudoración, temblores, etc. Dicho esto, es recomendable llevar a cabo técnicas de respiración antes de la exposición social.
2. Autoinstrucciones positivas
Una de las técnicas de moldeamiento conductual son las autoinstrucciones. El decirnos palabras de tranquilidad y positividad (“va a salir bien”, “es algo que controlo”, “muchos de los pensamientos que tengo son debidos al miedo, no son reales”) junto con la respiración comentada anteriormente, hará que nos relajemos y salgamos más seguros a escena.
3. Aceptar la ansiedad
Conseguida la disminución de la ansiedad, a nivel cognitivo tenemos que entender que esta emoción nos es nuestra enemiga. No vamos a eliminarla totalmente, ya que a parte de imposible, es necesaria para estar alerta y listos. Si la negamos y luchamos contra ella, es cuando más intensa se va a volver y peor la vamos a gestionar. ¡Acéptala!
4. Autoaceptación hacia uno mismo
Comprenderse y tener flexibilidad con uno mismo es algo muy importante. Aquí es donde entra en juego la autoestima, por lo tanto, tenemos que quitarnos presión y autocrítica. Hay que ver que no somos perfectos y tenemos que permitirnos fallar. Un consejo a la hora de hablar en público es que, si por cualquier cosa metemos la pata, es mejor admitir el error y reírse de ello que avergonzarse e intentar disimularlo.
5. Buena preparación del contenido
Saliendo del miedo y la ansiedad, obvio es que es necesario conocer bien de lo que vas a hablar. Es recomendable practicar, por ejemplo, delante de un espejo e incluso grabarte. Otro consejo es usar palabras sencillas y entendibles.
6. Disfruta de la actuación
Por último, es recomendable centrar el foco más en nosotros mismos que en el exterior y disfrutar de aquello que estás explicando.
Conclusión
A modo de conclusión, me gustaría recalcar que el miedo escénico es una respuesta de ansiedad que prácticamente todo el mundo sufre y que tiene su carácter adaptativo, por lo que, no debemos castigarnos ni rechazarnos porque aparezca a veces.
También querría mencionar la diferencia entre miedo escénico y fobia social. Por un lado, como decimos, el primero es adaptativo y en cambio el otro, es desadaptativo. El foco es parecido, ya que se muestra miedo a la evaluación negativa de los demás, pero en este caso el temor hacia las personas es tan intenso que el sujeto en general evita exponerse a situaciones sociales. Este hecho es perjudicial debido a que al final somos seres grupales y necesitamos de interacción con los demás.
Finalizar diciendo que si tenéis dudas sobre si es más fobia social que miedo escénico, o si queréis entrenar vuestras habilidades a la hora de enfrentaros a situaciones públicas, en PsyBilbo estaremos encantados de poder ayudaros. Contacta con nuestro equipo de expertos.
Javier Arza Magra
Psicólogo experto en Terapia Cognitivo-Conductual