Es difícil pensar en los beneficios de la terapia de pareja cuando ésta suele ir asociada a creer que es el último recurso para poder salvar una relación ante una separación o un divorcio, pero lo cierto es que acudir a un profesional tiene múltiples ventajas tanto en el plano de pareja como en el individual.
Es por ello que, si las parejas lograran acudir a terapia cuando comienzan los problemas o dificultades, podrían ganar un amplio espectro de habilidades y herramientas que podrían salvar su relación, así como mejorar su bienestar psicológico y emocional.
¿Qué es la terapia de pareja?
La terapia de pareja se basa en la utilización de estrategias psicológicas para enseñar a las parejas a mejorar su nivel de satisfacción conyugal. Siendo su objetivo principal el de mejorar la calidad de la relación y el nivel de satisfacción.
Frente a los problemas conyugales, cuando surge el conflicto, se tiende a culpar al otro de la situación, por lo que se hace o se deja de hacer interpretando que ello se debe a sus problemas psicológicos, a su maldad o a su incompetencia personal. Por lo que desde la psicoterapia se intenta modificar la forma de pensar y actuar.
La mayoría de las quejas tienen que ver con una mala gestión de las incompatibilidades sobre las inevitables similitudes y las diferencias que existen entre ambos. Dado que las diferencias son inevitables, el peligro es que se puede generar un patrón de interacción destructiva.
¿Por qué no conseguimos parar de discutir?
Lo que construye un problema y lo mantiene, son las tentativas de solución que no funcionan. Cuando de forma reiterada, lo único que se consigue es complicar un problema a través de un círculo vicioso de interacción disfuncional característico (de cada pareja) se perpetúa lo que debería cambiarse.
La repetición de intentos disfuncionales puede deberse a que:
- Se utilizan intentos de solución heredados, aprendidos de forma inconsciente y vicariamente (maltrata el hijo de un maltratador).
- Son estrategias que han sido exitosas en el pasado (una rabieta).
- Ante la dificultad, en vez de repensar el problema y ser creativos, nos protegemos siendo más rígidos e inflexibles y pensamos que “si dejara de actuar como lo he hecho, aún habría sido peor”.
Asimismo, un factor clave en el anclaje patológico de las relaciones de pareja es la interpretación como intencionales de conductas desagradables por parte del cónyuge. Esto se puede producir por:
- La tendencia a simplificar el origen de los problemas maritales al comportamiento o la actitud del otro y así no percibir otras causas.
- La tendencia a hacer atribuciones globales inespecíficas que conducen a sobregeneralizaciones y a un sentimiento de indefensión.
- Las expectativas extremas y poco realistas acerca de cómo deben funcionar las parejas (sesgos culturales).
- La tendencia a atribuir el origen de los problemas a características estables e inmutables del otro.
No puedo hablar con mi pareja
La falta de habilidades para comunicar (emitir o recibir) información sobre ideas, opiniones y emociones, es otro de los problemas más comunes e importantes en las parejas.
Cuando una relación se vuelve conflictiva y/o se altera el equilibrio emocional siempre desemboca en una comunicación disfuncional y problemática que surge como origen a que el emisor envía un mensaje:
- Con desajustes entre la forma y el contenido.
- Es excesivamente sutil e interpretable.
- Contiene ironía o doble sentido.
- Se da en momentos o lugares inadecuados.
Uno de los objetivos prioritarios de la terapia de pareja es poder conseguir que ambos miembros admitan las opiniones del otro como válidas. En consecuencia, esto ayuda a que el cónyuge pueda sentirse más cómodo expresando su percepción del problema, defendiendo sus necesidades o ideas (acertadas o no) y confesando sus emociones.
Características de las parejas satisfechas
- Ambos cónyuges asumen su parte de co-responsabilidad en las situaciones aversivas y adoptan una actitud de cooperación en su resolución.
- Se mantienen y varían los intercambios de conductas gratificantes.
- Cogniciones positivas asociadas a la relación y percepción de los beneficios que ésta les aporta.
- Comunicación abierta, franca y respetuosa, en un entorno de aceptación incondicional de las diferencias de opinión que promueven el interés y la intimidad.
- Posicionan los problemas como algo externo a la relación frente al que han de sumar fuerzas conjuntas para resolverlos.
Beneficios de la terapia de pareja
- Señales claras de reconocimiento, confianza y respecto, que favorecen nuestra estabilidad y autoestima.
- Espacio de seguridad, estabilidad emocional y ayuda mutua, que facilita la asunción de objetivos individuales en un espacio de seguridad.
- Satisfacción social, afectiva, sexual, reproductiva, etc.
- Equilibrio entre independencia y compañía e identidad social: somos independientes, pero también miembros de un proyecto común.
- Vínculo de intimidad, de comunicación auténtica y de apego.
- Herramientas para resolver obstáculos y conflictos actuales o futuros: plantear y resolver problemas.
- Potencia la proactividad y la escucha activa.
Conclusión
El esfuerzo terapéutico se dirige en centrarse en el aquí y ahora, identificar qué tipo de solución se está utilizando, bloquearla y cambiarla por una más funcional. Las parejas son diferentes y tienen necesidades diferentes, pero solo si se negocia y se coopera, se podrá llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
El fin de la terapia de pareja es poder conectar, reconectar o sanar la relación. Donde los cónyuges se sientan co-responsables de la situación actual, crean que se puede cambiar y dirijan su energía en poder hacerlo.
“La negociación sugiere un compromiso, una posición ubicada en algún lugar entre dos posiciones existentes.” Edward de Bono
Diana Synelnyk
Psicóloga General Sanitaria
