Hemos hablado anteriormente de la confusión que existe entre la tristeza y la depresión. ¿Quién no ha estado triste alguna vez? ¿A quién no le han ayudado a estar mejor cuando estaba triste? Quizá sea esto lo que ha provocado que casi todo el mundo se atreva a “tratar” o a dar consejos sobre cómo tratar una depresión. Y quizá sea lo que haya incrementado el miedo o el rechazo al tratamiento con antidepresivos ante la percepción de que es fácil mejorar la tristeza sin ellos. Pero la depresión es mucho más compleja que la emoción de la tristeza.
Trastorno de depresión mayor
En el trastorno de depresión mayor, o a lo que comúnmente nos referimos como depresión, vemos que no solo se afecta el estado de ánimo (hipotimia), sino que se alteran la capacidad de sentir placer (hedonia), la capacidad de tener motivación y persistir en el acto (apatoabulia), las capacidades cognitivas (enlentecimiento, torpeza mental), las capacidades motoras (enlentecimiento motor y torpeza), la alimentación, el sexo y el sueño. De modo que, quedan afectadas todas las áreas vitales del individuo.
No todos los neurotransmisores implicados en la depresión realizan las mismas funciones. Observamos que la serotonina se relaciona más con impulsividad, apetito, libido y agresividad; y la noradrenalina con la atención, la memoria, la energía y la motivación. Ambas lo hacen en cuanto a ansiedad, irritabilidad, dolor, función cognitiva, ánimo y emoción.
Los fármacos antidepresivos tratarán de regular el funcionamiento de la serotonina, de la noradrenalina y, en menor medida, de la dopamina para intentar reactivar las funciones afectadas por la depresión.
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¿Cuándo hacen efecto los antidepresivos?
El efecto de los antidepresivos no es inmediato. Muchos pacientes que acuden a terapia y comienzan con un tratamiento con antidepresivos, desconocen los tiempos de acción para poder comenzar a experimentar sus resultados. Es por ello, por lo que pueden llegar a interrumpir el tratamiento, habiendo solo experimentado sus efectos secundarios.
Una vez que comenzamos el tratamiento psicofarmacológico con antidepresivos se produce un incremento sináptico, es decir, un reajuste en los receptores y neurotransmisores implicados. Para ello se ha de pasar la información de la nueva situación al núcleo celular, y el núcleo ha de ordenar la síntesis equilibrada de los nuevos receptores, enzimas y neurotransmisores implicados.
Este proceso necesita de dos a cuatro semanas. Los primeros días el paciente no presentará una mejora de sus síntomas. Incluso puede ser que empeoren, ya que la descarga sináptica lo que sí que producirá inmediatamente es un incremento del neurotransmisor y la aparición de alguno de sus efectos secundarios, lo que podrá causar inquietud. Asimismo, se debe tener especial cuidado con el consumo de alcohol pues potencia sus efectos.
Para valorar si un antidepresivo es eficaz o no se ha de esperar unas cuatro semanas. Es el tiempo necesario para que se reajuste el sistema y el fármaco empiece a tener efecto. Las primeras semanas generalmente se presentan los efectos secundarios con la sensación de que tal vez el antidepresivo no es útil.
¿Cuándo se termina el tratamiento con antidepresivos?
Una vez que se consiguen los efectos terapéuticos buscados y una mejora del estado de ánimo, se tiende a mantener el tratamiento a la dosis mínima al menos unos dos meses. Tras esto, se comienza con una reducción lenta y progresiva de la dosis hasta completar un período total de unos 6 meses.
Sobra decir que es totalmente desaconsejable que se suprima bruscamente el tratamiento, ya que pueden aparecer síntomas de discontinuación o lo que conocemos como efecto rebote.
Diana Synelnyk
Psicóloga General Sanitaria