¿El principio del fin? O ¿Una prueba que consolida la pareja?
Generalmente, todo suele empezar con conversaciones y frases del estilo: “Voy a ir a estudiar fuera porque es una mejor oportunidad”, “tendré que marcharme porque hay más y mejor trabajo en otro sitio”, “quiero irme en busca de nuevas experiencias”, “tengo que volver a mi lugar de origen”, etc. Es aquí donde en bastantes ocasiones, surgen los puntos de inflexión de muchas dinámicas de pareja.
Habría que partir de que cuando dos personas comienzan una relación, no se suelen parar en qué les deparará el futuro como pareja o qué pasará si uno de los dos tiene que emigrar, sino que este conjunto de potenciales “y si…” se quedan neutralizados por la denominada fase de enamoramiento. Este sentimiento que experimenta el ser humano, es, entre otras cosas, característico por la poca racionalidad y la gran intensidad. Mencionado este dato, se puede entonces entender, el porqué de la anulación de cualquier tipo de expectativa futura.
Pasada esta etapa, vendría el romanticismo (fase más original y espontánea, llena de gestos y buenas valoraciones), después el compromiso (aumento de la lealtad y exclusividad en la pareja) y por último, el amor más de compañero (menos pasional y más asentada en el vínculo de pareja). Estás serían a grandes rasgos, las fases que se dan en una relación. Pero en este artículo no nos centraremos en el desarrollo de esta estructura, sino que vamos a ir a los diferentes problemas (entre la gran diversidad que hay) que puedan surgir cuando ya se está en la distancia, así como algunas posibles soluciones que se puedan dar.
Las dificultades que podrían surgir serían:
1. Nostalgia:
Suele ser frecuente el sentimiento de echar de menos a la pareja tanto en momentos cotidianos como en situaciones más relevantes. A veces, está emoción es tan profunda, que uno de los integrantes de la relación puede tener el deseo de romper.
Posibles soluciones: A día de hoy podemos dar gracias de todos los medios de comunicación que están a nuestro alcance (Whatsapp, Skype, teléfono, mail, cartas etc.). Éstos nos pueden ayudar a acortar distancias, y por lo tanto, a reducir ese sentimiento de soledad que podamos padecer.
2. Discusiones:
El añadido de la distancia es un problema que puede generar más discusiones de lo habitual en una pareja. Se pueden llegar a magnificar los sentimientos negativos en una discusión debido a la situación de alejamiento que se tiene.
Posibles soluciones: El consejo que se puede aplicar en momentos así, es darse una distancia prudencial (alrededor de un día) para realizar un acto de introspección en forma de reflexión propia. Una vez hecho esto, lo mejor sería tener una buena charla por teléfono (no escrita, ya que se pueden malinterpretar frases) y exponer cada uno su punto de vista mediante una comunicación asertiva, la cual nos llevará a un mejor entendimiento de lo sucedido. Y es que por obvio que parezca, la habilidad comunicacional es el ingrediente esencial para una relación sana.
3. Frustración y enfado:
Estas emociones negativas surgen por la imposibilidad de estar cerca de la persona amada. Dichos sentimientos pueden brotar de forma inconsciente, y a veces son dirigidos contra uno mismo, contra la pareja o contra el mundo que se alía para que la relación no funcione.
Posibles soluciones: Hay que tomar conciencia de que estas emociones pueden surgir muchas veces por los llamados errores de pensamiento. La cabeza puede jugarnos malas pasadas, y habría que centrarse más en que la situación es así y lo único que puedo llevar a cabo es un plan de acción que salga de mí. Un ejemplo (dentro de las posibilidades) sería buscar trabajo donde vive mi pareja o, aumentar las visitas y escapadas para veros.
4. Incompatibilidad con las agendas:
Cuadrar los horarios de ambos puede ser una tarea difícil. Se suele dar o bien por jornadas diferentes o en ocasiones por la diferencia horaria que haya.
Posibles soluciones: Hay que partir con que en una relación ha de haber un mínimo de sacrificio por ambas partes. Dicho esto, la mejor solución es organizarse bien para concretar con antelación un momento en el que veros y hablar. Este momento tendría que ser sagrado, y habría que disfrutarlo más que malgastarlo con quejas y reproches.
5. Inseguridad o duda:
Estos sentimientos guardan relación junto con la frustración y enfado explicados anteriormente. En muchas ocasiones, las inseguridades y dudas van de la mano con los celos. El hecho de estar a distancia, hace que se pueda ver afectada la confianza depositada en la pareja. Lo cual, puede llevarnos a ciertos pensamientos sesgados de sobre lo que estará haciendo la otra persona.
Posibles soluciones: Estás dudas se pueden ir disipando si se mantiene una buena y regular comunicación. Es importante ser honesto y trasparente acerca de cotidiana en el lugar en el que resides. Si en algún caso no pudisteis hablar porque alguno de los dos tuvo un imprevisto, es recomendable más tarde llamarle y explicarle con total claridad lo que ocurrió. Es también relevante, realizar ciertos gestos románticos y positivos para que se afiance más la confianza mutua.
6. El ambiente:
Los grupos sociales que nos rodean (familia y amigos), pueden no animarte de que sigas con la relación, ya que ellos pueden ver que no tenga sentido.
Posibles soluciones: Aquí es importante que expreses tus emociones y opiniones al respecto. Estás en el derecho de pedir respeto y comprensión a aquellos que te rodean, así como hacer ver que las decisiones son tuyas y que no han de estar influenciadas por factores externos.
7. Relaciones íntimas:
Uno de los aspectos relevantes en una relación de pareja son las relaciones físicas (besos, caricias, abrazos, sexo…). Cuando se está a distancia este factor se ve lógicamente afectado.
Posibles soluciones: Este hecho se revierte en los reencuentros. Por ello es importante organizar y estructurar bien cuando os veréis. Por aparte de esto, cuando estéis en la distancia, el refuerzo positivo emocional es algo importante para que la otra persona se sienta reconocida y valorada. También el realizar ciertos detalles originales y enviarlos por ejemplo, incrementa el bienestar de la relación.
Conclusión
A modo de conclusión, vemos que los miedos, dudas, frustraciones, tristezas, negativismos, celos o incomprensiones suelen ser dificultades que surgen en las relaciones a distancia. Por ello se ha recalcado lo importante de una buena comunicación, expresión de sentimientos, honestidad, detalles y afrontamiento de aquellos problemas que surjan. Si se dan estos factores, más posibilidades habrá de que la relación funcione y se consolide para el futuro.
Por último, no hay que olvidar que en esta situación en concreto, hay que ser más sacrificado y dar ambos a partes iguales para que la cosa funcione. Cierto es que puede darse el caso de que aún con todo esto la relación no salga adelante por diferentes motivos, pero en nuestra mano está el intentar que funcione siempre y cuando haya voluntad. Recogiendo el inicio, puede que este cambio no vaya a más, o que al superar todas estas adversidades, se cree todavía un vínculo más fuerte y especial.
Javier Arza Magra
Psicólogo experto en Terapia Cognitivo-Conductual