A lo largo de nuestra vida, nos encontramos en diferentes roles o papeles, uno de ellos, son los del cuidado o cuidador. ¿Qué quiere decir esto? Llegamos a este mundo como seres totalmente dependientes, y por tanto, necesitamos que nos cuiden. Según avanzamos en nuestro desarrollo, y si esto se realiza de una forma óptima, pasaremos a ser cuidadores. Encontrarnos en un punto u otro, acarrea diversas consecuencias que analizaremos más adelante.
¿Qué es un cuidador?
Cuidar es algo que todos experimentamos en alguna ocasión en nuestra vida. Los cuidadores son personas no profesionales, es decir, familiares o amigos que atienden a una persona con dependencia para satisfacer sus necesidades básicas como puede ser comer o vestirse, y otras necesidades que vienen determinadas por su condición.
En algunas familias son varios los miembros que cuidan a la persona dependiente, pero lo frecuente es que haya una persona que es la que se ocupa mayoritariamente del cuidado, asumiendo así un mayor grado de responsabilidad. A esto se le denomina: cuidador principal.
Así mismo, los cuidadores se diferencian unos de otros en múltiples características que hacen que cada experiencia de cuidado sea única y distinta a las demás. Algunos de estos aspectos son:
Parentesco
- Esposo o esposa: cuando uno de los miembros de una pareja se encuentra en una situación de dependencia, el principal cuidador suele ser el miembro de la pareja que mejor salud tenga.
- Hijos o hijas: los hijos se encuentran a menudo con el deber de atender las necesidades su familia. Esto representa un gran impacto emocional que puede verse afectado por la inversión de roles en cuanto al cuidado.
- Padres: cuando un hijo se convierte en una persona dependiente el impacto emocional es aún mayor. Esto sucede ya que se vuelve a un rol que había finalizado, por la modificación de planes futuros, los sentimientos de ambivalencia, entre otros.
Motivos
La mayoría de las personas desempeñan este rol por un deber moral, donde existe una responsabilidad social y familiar. Pero también, existen otros motivos como puede ser la motivación altruista, es decir, para que la persona se sienta cuidada y porque entienden sus necesidades y las comparten; por reciprocidad, porque esa persona les ha cuidado antes y ellos lo hacen ahora; por gratitud y estima a la persona cuidada.
Relación
Si el cuidador ha mantenido una “buena relación” con la persona cuidada, es decir, basada en el afecto y respeto mutuo, cuidan de una forma altruista, ya que lo que desean es el bienestar de la persona atendida. En cambio, los cuidadores que han tenido una “mala relación”, ya sea por sentimientos de culpa generados en el pasado o para obtener la aprobación social, esto generará un clima tenso en la relación de cuidado.
Consecuencias en la vida del cuidador
Estar a cargo de una persona dependiente, es algo que suele afectar a muchos niveles y es por ello, que es frecuente que los cuidadores experimenten cambios en áreas como:
Las relaciones familiares:
Aquí pueden aparecer conflictos familiares por el descuerdo entre el cuidador y otros familiares en cuento al comportamiento de éste, las decisiones y actitudes hacia la persona dependiente. Otro factor importante, es la inversión de roles, por ejemplo, una hija que se convierte en cuidadora de su madre. Además, es frecuente que la persona cuidada viva con su familia, lo que también puede ser una fuente de conflictos debido a la adaptación que exige la nueva situación.
El trabajo y la situación económica:
En la mayoría de los casos a los cuidadores les resulta complejo compaginar el trabajo con el cuidado. Esto se produce, ya que si el cuidador acude al trabajo siente que está descuidando al cuidado o que si cuida, desatiende el trabajo. También, son frecuentes las dificultades económicas, bien por tener que reducir la jornada laboral del cuidador o por el incremento de los gastos derivados de los cuidados.
El tiempo libre:
La distribución del tiempo que se dedicaba al ocio o a los amigos, cambia. Con frecuencia, el sentimiento es que la persona cuidadora no tiene tiempo para su ocio. Al pensar esto, aparecen sentimientos de culpa porque se cree que si se dedica tiempo al ocio está abandonando su responsabilidad.
La salud:
Predominan el cansancio físico y la sensación de que el estado de salud del cuidador ha empeorado desde que cumplen esa función. Debemos tener en cuenta que la edad de media de los principales cuidadores es de 52 años y el 20% son mayores de 65 años.
El estado de ánimo:
La experiencia de cuidar, genera muchos sentimientos positivos. Pero el otro lado de la moneda, es que también puede presentar diversas dificultades por la “dureza” de la situación. Es por ello que es normal que aparezcan sentimientos de tristeza, desesperación, indefensión, enfado, preocupación, irritabilidad, ansiedad o culpa.
¿Qué es el burn-out?
El síndrome del burn-out es el agotamiento del cuidador. Se origina como respuesta al estrés crónico que sufre. Se caracteriza, en la mayoría de los casos, por un estado de fatiga o de frustración.
Esto se produce, ya que el dedicarse a alguien de una forma muy intensa, a una causa o a una manera de vivir y sin recibir la respuesta que deseamos, genera un gran desgaste que se manifiesta a nivel de:
- Agotamiento físico y/o emocional
- Disminución de la productividad en el trabajo o las tareas
- Desesperación, disminución o pérdida de las relaciones personales
Las causas de este estado se pueden deber a una sobrecarga de tareas, horarios excesivos, ausencia de red personal, falta de relaciones laborales o familiares, falta de reconocimiento de la labor desempeñada y los conflictos que puedan surgir con la situación que implica el cuidado.
Síntomas de alerta
Hay algunos síntomas que nos pueden servir de alerta para darnos cuenta de que estamos sobrecargados o de que algo no marcha bien:
- Cansancio, agotamiento físico y psíquico
- Insomnio
- Palpitaciones, temblor, molestias gástricas, dolor de espalda, de cabeza, etc.
- Cambios de humor, susceptibilidad, irritabilidad o agresividad
- Problemas de concentración
- Aislamiento social
- Consumo excesivo de alcohol, cafeína, pastillas para dormir, etc.
Formas de cuidarnos
Antes de que podamos sufrir alguno de estos síntomas, existen maneras de poder cuidarnos:
- Cuidar de nosotros mismos es cuidar a los demás
- Nadie mejor que nosotros sabemos cómo nos sentimos y qué es lo que está sucediendo: somos el agente principal de nuestro cuidado
- Cuidarnos implica poder aceptar ayuda
- Aceptar que tenemos limitaciones y asumirlas
- Aprender a poner límites
Esto hará que…
- Nos encontremos con una mejor salud física y mental
- Tengamos fuerza y capacidad para afrontar los problemas
- Tener sensación de control de nuestra vida
- Tener habilidades para resolver los problemas
- Mantener el estado de serenidad y bienestar
Si te sientes agotado y no sabes cómo gestionar tu situación actual debido al rol de cuidador, desde nuestro gabinete de PsyBilbo, nos comprometemos para asesorarte y que puedas cuidarte sin descuidar a tus familiares o amigos, contacto con nuestros psicólogos.
Diana Synelnyk
Psicóloga General Sanitaria