¿Qué es la violencia de género?

violencia de género

¿Por qué se conmemora el 8 de Marzo el Día Internacional de la Mujer?

En 1910 cuando se celebraba la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, a la que asistieron más de 100 mujeres de 17 países diferentes, se decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Hasta ese momento, no había una fecha concreta para conmemorarlo si no que se representaba en el mes de Marzo. Hubo que esperar al 8 de Marzo de 2011 para que se proclamara de forma oficial el primer “Día Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas” creado por la Asamblea General de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer.

Concretamente en España, no fue hasta el año 1936 cuando se celebró por primera vez; Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza lo hicieron en 1911; en Estados Unidos en 1857 miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones laborales; Alexandra Kollontai dirigente bolchevique se reivindicó en Rusia en 1917 por los derechos de las mujeres; y finalmente en 1975 es cuando la ONU celebró el Año Internacional de la Mujer.

Pero lo cierto es que aún queda mucho recorrido para que las mujeres lleguen a experimentar la igualdad «real» y la violencia de género pueda quedar en el pasado.

¿Qué es el género?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el género se refiere a «los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres. Las diferentes funciones y comportamientos pueden generar desigualdades de género, es decir, diferencias entre los hombres y las mujeres que favorecen sistemáticamente a uno de los dos grupos. A su vez, esas desigualdades pueden crear inequidades entre los hombres y las mujeres con respecto tanto a su estado de salud como a su acceso a la atención sanitaria.»

Es decir, el género es la condición asignada a hombres y mujeres en función de su sexo (masculino o femenino). La incorporación de la identidad de género se suele dar alrededor de los 2 años de edad, adquiriéndose a través del entorno familiar.

Uno de los problemas que se da a través del género es el binarismo que surge desde la cultura occidental con la diferenciación de roles. El género no deja de ser un constructo de nuestra sociedad en la que se favorece al patriarcado. Por lo que es un obstáculo para el bienestar y la igualdad, debido a la dificultad de poder manejarse en un mundo binario: «eres o no eres».

Violencia de género

La violencia de género provoca un gran impacto y alarma social. Además, el hecho de que el lugar más personal e íntimo, en el que una persona debe sentirse segura y protegida, pierda todas sus características y se convierta en el núcleo de todos los miedos y las agresiones, es algo realmente preocupante.

Hasta hace poco la violencia doméstica apenas trascendía de la privacidad y permanecía en el secreto de las familias. Normalmente, este tipo de situaciones o comportamientos se han tratado de minimizar, ocultar o incluso en el peor de los casos, justificar. Pero por suerte, esto está cambiando y la sociedad se está implicando en cambiar este problema que a todos afecta de manera directa o indirecta.

Según la OMS la violencia de género es la primera causa de muerte en las mujeres entre 15 y 44 años de edad. Concretamente en nuestro país, se denuncia el 21% de la violencia de género y llegando a condenarse tan solo el 4% de los casos, lo cual es sin duda alarmante.

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Factores desencadenantes

La realidad es compleja y la violencia familiar implica múltiples y distintos factores que intervienen en la aparición y en el desarrollo de la misma, los examinamos a continuación:

  • Culturales: En muchas culturas la violencia doméstica es algo normal dentro del núcleo familiar, y por tanto, es algo que debe quedar dentro del marco privado.
  • Sociales: En una sociedad educada en la desigualdad, entre otras en función de su sexo, se puede facilitar de esta forma la agresión como forma de relación en el hogar o como forma de imponer los propios objetivos.
  • Personales: Los hogares tradicionales se caracterizaban por un aprendizaje donde predominaba la voluntad paterna y se establecían modos de acción punitivos para los que no siguieran las reglas. Además, la violencia era otro de los recursos para “doblegar” a la víctima.

Además, en la aparición de la violencia debemos tener en cuenta otros factores como: el afecto o el amor, la dependencia económica, las creencias religiosas, la preocupación por los hijos, la ilusión de que es un evento aislado, el alcohol, las drogas o el miedo a que la familia y/o amigos se enteren.

El problema de la violencia doméstica y su definición

Frente a las concepciones más tradicionales que han intentado restarle importancia al problema, debe quedar claro que la violencia doméstica constituye una grave violación de los derechos humanos. En la mayoría de los casos supone una amenaza para la vida de las víctimas y en todos ellos, una alteración de su bienestar personal.

Las Naciones Unidas (ONU) definen lo que debe considerarse como violencia contra la mujer como «todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada».

Esta definición conceptualiza la violencia de género y la identifica como un atentado contra la integridad, la dignidad y la libertad. Existen algunas diferencias dentro del marco de la violencia:

  • Violencia conyugal: la violencia o malos tratos en una relación de pareja, en un inicio, solo aplicable a una relación matrimonial. Pero hoy en día abarca a todas las parejas con independencia del nivel de compromiso.
  • Violencia familiar: se entiende el maltrato o violencia que se da entre miembros de una misma familia, no sólo abarca la conyugal sino también el maltrato entre hermanos, maltrato infantil y el maltrato de ancianos.
  • Violencia doméstica: maltrato o la violencia que se da entre personas que comparten una morada, tengan o no tengan relación de parentesco.

Tipos de violencia de género

Existen diferentes tipos de violencia de género, en función de cómo es el acto agresivo. Éstos suelen solaparse pudiendo darse varios a la vez, es decir, no son excluyentes. En la actualidad podemos observar diferentes clasificaciones.

– Violencia física

Incluye cualquier conducta en la que se produce un uso intencional de la fuerza física, con la intención de producir lesión física o daño y de mantener el poder en la relación. Se considera acto de violencia física el ejercido por la pareja o expareja, así como el ejercido por parte de su entorno social, como puede ser el ámbito familiar o el laboral. Algunas de las manifestaciones de este tipo son: empujones, tirones, mordeduras, lanzamiento de objetos, quemaduras, golpes en diversas partes del cuerpo, asfixia, puñaladas, asesinato, etc. Es aquella que puede ser percibida objetivamente por otros y, por lo tanto, la más visible, por lo que facilita la toma de conciencia de la víctima.

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– Violencia psicológica

Toda acción u omisión cuya finalidad es causar daño, desvalorizar o controlar los comportamientos, decisiones y creencias. Puede darse de forma verbal o no verbal, a través de ridiculizaciones, tanto en privado como en público, amenazas, humillaciones, insultos, exigencia de obediencia, o incluso desprecio, rechazo, indiferencia, privación de libertad, culpabilización o amenazas de suicidio. Aparece de forma indirecta siempre que hay otro tipo de violencia. Este tipo es ejercido por alguien con quien tenga o haya tenido una relación afectiva o por parte de su entorno social. Se produce en todas las edades y grupos sociales.

– Violencia económica

Se refiere a una privación no justificada e intencionada de recursos para la subsistencia y el bienestar emocional y físico o la discriminación en lo relativo a los recursos compartidos de la pareja. Se realiza a través de limitaciones relacionadas con el control de los ingresos del hogar, suministrando el dinero de una manera insuficiente o manipulándolo, coaccionando la autonomía y la libertad. Este tipo de violencia suele ser complicada de identificar, ya que suele presentarse de una forma encubierta, siendo prácticamente invisible.

– Violencia sexual

Incluye aquellos actos de naturaleza sexual en los que el agresor fuerza a la víctima y no son consentidos, los cuales se llevan a cabo mediante la coacción, la intimidación y la fuerza. En este tipo de violencia el agresor puede guardar relación con la víctima o no, y puede darse en cualquier ámbito. Tiene manifestaciones muy diversas que van desde el acoso verbal o insinuaciones sexuales no deseadas hasta tocamientos, penetración forzada o mutilación genital, con secuelas psicológicas graves.

– Violencia laboral

Se trata de la dificultad en el acceso a puestos de responsabilidad laboral, complicaciones en el desarrollo o estabilidad por el simple hecho de ser mujer. También podemos encontrar desigualdades salariales entre hombres y mujeres en puestos idénticos o la no contratación por posible embarazo.

– Violencia simbólica

Está compuesta por los estereotipos, mensajes, valores o signos que hacen que se perpetúen las relaciones basadas en la desigualdad, el machismo o la discriminación de la mujer en la sociedad.

El ciclo de la violencia

Una de las teorías que mejor explica la permanencia que se da en la violencia de género es la Teoría del ciclo de la violencia, formulada por la antropóloga Leonor Walker (1979). Resulta muy claro para entender los comportamientos de algunas mujeres que sufren violencia, siendo el modelo más utilizado actualmente. En este ciclo se describen tres fases: acumulación de la tensión, explosión o agresión y reconciliación, más comúnmente llamada “luna de miel”.

1ª Fase: Acumulación de Tensión

Suceden una serie de cambios repentinos en el estado de ánimo, enfados ante cualquier situación, reacciones agresivas, exigencias, irritabilidad y tensión, produciendo conflictos dentro de la pareja. La víctima no comprende que sucede y muchas veces intenta justificar estas acciones, por lo que tiende a minimizar lo sucedido y a atribuirlo a factores externos. Además, trata de calmar a su pareja y complacerla, con la creencia de que así evitará los conflictos, e incluso, tiene el pensamiento de que los conflictos son provocados por ella. En esta fase todavía tiene algo de control, el cual irá perdiendo al aumentar la tensión.

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2ª Fase: Explosión o agresión

Se produce un aumento de la tensión hasta que sucede un incidente agudo a través de maltrato físico, psicológico o sexual. En esta fase se generan estados de ansiedad o de temor, ya que siente que ha perdido el control de la situación, dejando fuertes secuelas físicas y psicológicas. Tras estas agresiones es cuando la víctima suele acudir a contárselo a alguien de confianza, a los servicios médicos y/o a denunciar, por lo que se empieza a hacer visible su situación.

3ª Fase: Luna de miel o Reconciliación

El maltratador suele pedir perdón tras los episodios violentos, prometiendo que no volverá a suceder y atribuyéndolo a problemas ajenos a él. Se muestra cariñoso y amable, dándose una manipulación afectiva caracterizada por la disminución de la tensión. Con lo que se produce una minimización, ya que el agresor no puede permitirse ejercer la violencia permanentemente, debido a que la víctima tendería a conductas de escape.

De esta forma, permanece la relación creando una victimización más profunda y estrechándose la relación de dependencia. Este momento puede llevar a la víctima a renunciar a la ayuda que había pedido. Pero el agresor no siente una empatía real, por lo que pasado un tiempo, volverán a producirse nuevas situaciones de agresión. Con el tiempo, la fase de reconciliación se va reduciendo hasta llegar a desaparecer, al no responder al arrepentimiento.

Explicación del Ciclo de violencia

Este ciclo se utiliza para explicar la situación en la que se produce violencia física, ya que la violencia psicológica se suele producir a lo largo de todo el proceso con el objetivo de someter y controlar a la pareja.

El síndrome de la mujer maltratada describe las secuelas psicológicas de la violencia doméstica. Su origen se encuentra en la teoría de la indefensión aprendida, donde las mujeres maltratadas se adaptan a la situación e incrementan su habilidad para afrontar los estímulos adversos y minimizar el dolor.

La sintomatología que presentan son:

  • Distorsiones cognitivas
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Rabia
  • Culpa
  • Baja autoestima
  • Rencor
  • Quejas somáticas
  • Disfunciones sexuales
  • Conductas adictivas
  • Dificultades para establecer relaciones entre otros.

Conclusión

La violencia de género sigue siendo un tema de gran relevancia que hay que abordar con especial delicadeza por la situación de riesgo en la que se encuentran sus víctimas. Por desgracia es un tema que en muchas ocasiones por razones culturales, sociales o personales no se manifiesta, por lo que la víctima sigue quedando expuesta ante su agresor.

Por este motivo, es vital resaltar la importancia de la prevención del maltrato, ya que las consecuencias para la salud mental y física son fundamentales. Es por ello que si estás en una situación de riesgo o necesitas asesoramiento, en PsyBilbo estamos a tu disposición para poder ayudarte en este proceso, no dudes en contactar con nosotros.

Asimismo, en España contamos con una línea para la atención a víctimas de malos tratos por violencia de género 016 donde se ofrece una atención telefónica y online, de forma gratuita las 24 horas del día los 365 días al año.

Diana Synelnyk

Psicóloga General Sanitaria

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