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La Asertividad: la importancia de una buena comunicación

asertividad

La asertividad está catalogada dentro de las conductas denominadas como socialmente habilidosas. Éstas, son recursos indispensables para llevar a cabo actividades fundamentales en la vida como interaccionar con los demás, desarrollar redes sociales, trabajar en equipo, etc. Hay que decir que no existe una definición absoluta sobre ellas, ya que los criterios para su descripción dependen de multitud de factores como son el sujeto, la edad, el sexo, sus actitudes, sus creencias, así como el ambiente, la cultura, etc.

Definición habilidad social

Aunque no existe un consenso sobre su definición, como bien se ha mencionado anteriormente, partiremos de una breve descripción sobre habilidad social para luego adentrarnos en las diferentes comunicaciones existentes y centrarnos sobre todo en la asertividad.

Dicho esto, una habilidad social es entendida como “la conducta que permite a una persona actuar según sus intereses más importantes, defenderse sin ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer derechos personales sin negar los derechos de los otros” (Alberti i Emmons, 1978).

Estilos comunicacionales

Dentro de la variedad de comunicaciones existentes, hay que agruparlas en tres grandes bloques, de los cuales, dos de ellos son estilos comunicacionales erróneos. Éstos son la conducta pasiva y la agresiva. Veamos más en profundidad las características que las definen:

1. Pasivo:

La conducta pasiva implica no ser capaz uno mismo de expresar sentimientos y opiniones, permitiendo a los demás que manipulen los derechos propios de una persona. El sujeto caracterizado por este estilo comunicacional, expresa sus pensamientos, ideas y emociones con disculpas constantes, es decir, en general tiene un sentimiento de miedo hacía el otro interlocutor y su respuesta, así como una creencia arraigada de que no tiene derecho a expresarse libremente. Todo esto provoca diversas dificultades en la vida de una persona y además, acarrea consecuencias como una disminución del respeto hacia nosotros mismos, lo cual, impacta de lleno en nuestra autoestima. Por lo tanto, debido a esto, pueden aparecer malestares emocionales como ansiedad y depresión.

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2. Agresivo:

La conducta agresiva se manifiesta esencialmente no respetando a los demás. Se situaría en el extremo opuesto de la pasividad explicada en líneas anteriores. Los individuos que se caracterizan por esta forma de comunicación, se comportan de forma agresiva, es decir, expresan toda su tensión interna, actuando a nivel verbal y no verbal inadecuadamente. No respetan ni sentimientos, ni emociones, ni los derechos de los demás. Todo lo propio, lo manifiestan de una manera deshonesta e inapropiada. Normalmente este tipo de personas tiende a aprovecharse injustamente de los demás, sólo se preocupan en conseguir aquello que desean, y por tanto, sus relaciones sociales no son satisfactorias.

3. Asertivo:

La conducta asertiva, aquella que es idónea y en la cual hay que trabajar, se caracteriza por sujetos que expresan sus deseos de manera franca y honesta. Implica la expresión directa de los propios sentimientos, necesidades y derechos legítimos u opiniones, respetando los derechos de los demás. Las personas que funcionan y trabajan con esta forma comunicativa, pierden el miedo ante la reacción de los demás y actúan sin emociones como la ansiedad y culpabilidad. Esto impacta directamente en la autoestima de forma positiva, ya que el sujeto gana valor y fortalece su YO.

A continuación, se engloban las características principales de las personas asertivas:

  • No se comporta de manera agresiva con los demás.
  • Lleva a la práctica sus decisiones, aunque para ello tenga que soportar presiones y agresiones externas.
  • No evita o cede ante los demás para evitar conflictos.
  • Es capaz de aceptar que comete errores, sin sentirse por ello culpable o persona merecedora de rechazo.
  • No se siente obligada a dar excusas, razones o explicaciones de por qué quiere lo que quiere, sobre todo a personas que no tienen autoridad legítima sobre ella.
  • Diferencia claramente entre aquello que los demás le dicen de ella misma o de sus puntos de vista y las “etiquetas” que, de forma arbitraria, aquellos añaden a la expresión de sus juicios.
  • Es capaz de solicitar información sobre su propia conducta negativa en relación a otras personas, hasta que estas expresen cual es la cuestión del conflicto.
  • Está abierta siempre a tratar diferencias de intereses y conflictos con otras personas, para llegar a compromisos viables, sin poner para ello, su identidad o la de los demás en cuestión.
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Técnicas para poner en práctica la asertividad

Antes de nada hay que aclarar que para llegar a tener conductas asertivas, en muchas ocasiones se necesita un trabajo en terapia relacionado en gran medida con un fortalecimiento de la autoestima y una reestructuración sobre ciertas creencias disfuncionales que tenga el paciente. El entrenamiento en habilidades sociales tiene que constar previamente de un trabajo en diferentes áreas personales.

Aún con esto, dependiendo de la fortaleza del YO de cada uno, hay una serie de técnicas que se pueden poner en práctica y que lograrán que haya un avance en este estilo comunicacional. Éstas son:

  • Técnica para procesar el cambio (focalizar): Focalizar la temática que se esté debatiendo, analizando lo que sucede entre los interlocutores implicados en la conversación, evitando hablar sobre aspectos irrelevantes.
  • Técnica del acuerdo asertivo: Responder a determinada crítica admitiendo que se ha errado, pero diferenciándolo del hecho de ser o no buena persona.
  • Técnica de la claudicación simulada (banco de niebla): En apariencia, consiste en ceder terreno sin que ello sea cierto realmente. Para esto, debemos mostrarnos de acuerdo con las argumentaciones de la otra persona, aunque no por ello se va a ceder o a cambiar la postura.
  • Técnica de la pregunta asertiva: Frente a una crítica inespecífica, debemos demandar más información que nos permita comprender el punto de vista de la otra persona, con la finalidad de averiguar el motivo del problema. Esta información, posteriormente, podrá ser usada en nuestra argumentación.
  • Técnica del disco roto o disco rayado: Repetir nuestro punto de vista con serenidad, sin ceder o dejarse convencer por los argumentos de la otra persona.
  • Técnica de ignorar: No tener en cuenta la razón por la que el interlocutor parece estar enfadado, emplazando la discusión hasta que este se haya relajado.
  • Técnica de la ironía asertiva: Consiste en responder de forma positiva a la crítica hostil.
  • Técnica del aplazamiento asertivo: Retrasar la respuesta a la afirmación que nos parezca desafiante hasta que seamos capaces de responder a ella apropiadamente.
  • Técnica del quebrantamiento del proceso: Dar respuesta a la crítica provocativa mediante una única palabra o mediante frases lacónicas.
  ¿Por qué no soy asertivo?

Javier Arza Magra

Psicólogo experto en Terapia Cognitivo-Conductual

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1 comentario en «La Asertividad: la importancia de una buena comunicación»

  1. He utilizado mucho la tecnica de escuchar. Para poder enfocarme el tema ha tratar he utilizado mucho el libro de proberbios el cual despeja mucho mi mente a lo infinito de la sabiduria interna a la escencia de lo abstratacto o lo practico y objetivo de las cirscuntacias reales de la vida humana.

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