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Represión: enterrar lo desagradable

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Definición

Los mecanismos de defensa son herramientas que nos permiten protegernos ante los acontecimientos traumáticos o de gran carga emocional de la vida, y son esenciales para la supervivencia del ser humano.

Sigmund Freud, consideró a los mecanismos de defensa como “mecanismos mentales inconscientes, que están dirigidos contra los impulsos internos y las presiones externas, especialmente las que amenazan la autoestima o la estructura del self (sí-mismo)”.

Pero dejando a un lado la corriente psicoanalítica, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, define “los mecanismos de defensa o estrategias de afrontamiento” como “procesos psicológicos automáticos que protegen al individuo frente a la ansiedad y las amenazas de origen interno o externo. El individuo suele ser ajeno a estos procesos y a su puesta en funcionamiento».

Por tanto, los mecanismos de defensa median en las reacciones personales frente a conflictos emocionales y amenazas de origen interno y externo.

Características de la represión

Entendemos la represión como el mecanismo que mantiene ciertos recuerdos, experiencias, sentimientos o deseos perturbados fuera de nuestra percepción consciente.

Mediante este proceso, esos recuerdos, sentimientos o deseos dolorosos, o que provocan ansiedad, se excluyen de la conciencia (represión secundaria) o se impide acceso a ellos (represión primaria).

Diferencia entre olvido y represión

La represión no quiere decir que la información dolorosa se olvide, puede parecerlo, pues el recuerdo desaparece de la conciencia. Pero la represión y el olvido son diferentes, y se puede entender de manera sencilla fijándonos en la causa: se olvida mucho de lo aprendido pero en la represión, el olvido es selectivo y motivado por la función de protegernos.

El material olvidado se puede reconocer o reaprender, mientras que en la represión esto no sucede, ya que no hay acceso a ese material. Además, el material olvidado no influye en nuestras pensamientos, sentimientos o conductas, en cambio el material que ha sido reprimido, sí que lo hace.

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Ejemplo de represión

En el punto más extremo sería no poder recordar, aunque existan pistas para ello. En grados más leves, existiría una incapacidad inicial que con ayuda de pistas eficaces podría suscitar el recuerdo. Veamos un ejemplo:

Marta no recuerda nada de la primera vez que jugó un partido de tenis cuando tenía 11 años. Aquel partido no salió como esperaba, perdió y sintió una fuerte humillación frente a sus compañeros que habían ido a verla. Durante el partido no sufrió ningún golpe ni caída que pudiera justificar el olvido de ese recuerdo. Otros acontecimientos de su vida, los recordaba a la perfección”.

Este ejemplo, ilustra cómo podemos borrar o no tener acceso a ciertos recuerdos de gran carga emocional. En este caso, Marta, no recuerda su primer partido a causa de la intensa humillación sufrida.

Conclusión

Por tanto, se utiliza el mecanismo de la represión como una estrategia para manejar los conflictos afectivos o de estrés, dejándolos fuera de nuestro “lado consciente”. A través de la psicoterapia, en PsyBilbo te ayudaremos a identificar ciertos mecanismos de defensa que hayas podido desarrollar en tu vida, contacta con nosotros.

 

Diana Synelnyk

Psicóloga General Sanitaria

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