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Duelo, ¿cómo puedo afrontarlo?

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¿Qué es realmente el duelo?

Cuando hablamos de duelo lo primero que nos viene a la mente, por lo general, suele ser la muerte de un ser querido pero no tiene que ser necesariamente así. Cualquier tipo de cambio implica una pérdida, del mismo modo que cualquier pérdida es imposible sin un cambio. Por lo tanto, la pérdida es omnipresente en la vida humana a lo largo de todo su desarrollo vital.

Perdemos algo con cada paso que damos en nuestra vida, y para ello, elaboramos duelos, cuando el cambio es “negativo”. Pero no todos los duelos son negativos, ya que muchos nos reportan felicidad y aún así llevan implícitas pérdidas: pérdidas de roles, amistades, cambios de cuidad, y la consecuencia de todo ello es la elaboración de un duelo.

De todos los tipos de pérdidas que puede sufrir una persona a lo largo de su vida, la muerte es la más importante y devastadora, puesto que implica una reorganización de roles y relaciones, al tiempo que un replanteamiento de nuestra vida y de nuestra propia muerte.

¿Cuáles son las etapas del duelo?

La psiquiatra suizo-americana Elisabeth Kübler-Ross es probablemente la autora más conocida internacionalmente por sus estudios sobre la muerte. La autora, elaboró un modelo de duelo que consta de cinco fases consecutivas que las personas necesitan para la aceptación del duelo de la propia muerte, lo cual no deja de ser un duelo anticipatorio:

1º Fase: Negación y aislamiento:

La persona no acepta que va a morir; la aceptación dependerá de cómo se le comunique el diagnóstico, del tiempo que disponga y los recursos psicológicos. (“Esto no me está sucediendo a mí”).

2º Fase: Cólera, ira y protesta:

Niega la realidad; sentimientos de rabia, impotencia. Es la fase más difícil para las familias. (“¿Por qué yo”?).

3º Fase: Negociación y pacto:

Es el primer esfuerzo por aceptar la realidad. (“Haré un cambio, si esto no me sucede”).

4º Fase: Depresión:

Desaparece el enfado y da paso a la tristeza y el dolor. (“Ya nada me importa”).

5º Fase: Aceptación:

Es una fase desprovista de sentimientos, la lucha ha terminado. (“Puedo irme en paz”).

Síntomas del duelo

Pasar por estas fases y experimentar sus emociones es normal, pero como sabemos, no todas las personas que atraviesan un duelo lo hacen del mismo modo, por tanto, puede variar de cierto modo. Los síntomas que podrían manifestarse en esta etapa serían los siguientes:

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– A nivel emocional: los dolientes pueden presentar: tristeza, ira, culpa, ansiedad, autorreproches, soledad, fatiga, soledad, shock, desesperanza, confusión, frialdad, alivio, lamentos, etc.

– Reacciones físicas: estas son las habituales: opresión gástrica, torácica y de garganta; hipersensibilidad al ruido; taquicardia, despersonalización, falta de energía y aire; bajo tono muscular y debilidad; boca seca; sudores, orinar con frecuencia; problemas digestivos; insomnio; dificultad para concentrarse; pseudoalucinaciones visuales y auditivas; pensamientos intrusivos y obsesivos respecto al fallecido, etc.

– A nivel conductual: nos encontramos: trastornos del sueño, trastornos de la alimentación, inhibición social, búsqueda del fallecido (sueños, llamándolo en voz alta, hablando con él o evitando lo asociado con él), hablar con el fallecido, suspiros, hiperactividad desasosegada, frecuentes visitas al cementerio o lugar donde esté el fallecido, llevar consigo objetos de vinculación, etc.

¿Cuánto dura el duelo?

El duelo termina cuando el doliente es capaz de pensar en el fallecido sin dolor. La duración dependerá de factores como la personalidad, las estrategias que tenga de afrontamiento, sus factores ambientales o los apoyos sociales que disponga.

Se estima que el periodo oscila entre 6 meses y los 2 o 3 años para una readaptación total. Los picos de duelo, se suelen dar durante los dos primeros años en los que el doliente suele pasar por altibajos emocionales, especialmente el primer año. Puesto que es el primer año de las primeras veces “el primer verano sin…”, “el primer fin de año sin…”, hasta el primer aniversario de la muerte.

En esta etapa es muy importante el apoyo de los amigos, la familia o de un terapeuta para una correcta elaboración de duelo. En caso de que haya pasado el tiempo estimado y la persona no se haya recuperado de la pérdida, es aconsejable pedir ayuda a un profesional de la salud mental.

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¿Cómo afrontar el duelo?

En todo este proceso es básica la visión subjetiva que tengamos ante la pérdida, y sobre todo las estrategias que tengamos de afrontamiento. Por ello, desarrollaremos algunas estrategias que pueden servirte tanto para pérdidas de seres queridos como para cualquier tipo de cambio/pérdida que presentes:

– Ensayar con las pequeñas pérdidas:

Al sufrir una pequeña pérdida, podríamos poner en marcha estrategias de afrontamiento que podríamos utilizar ante pérdidas “más importantes” o “graves”.

– Tiempo para sentir:

Necesitamos tiempo para experimentar las emociones en su plenitud y reflexionar sobre lo ocurrido para así poder realizar un aprendizaje sobre lo ocurrido.

– Descargar estrés y ansiedad:

Buscar formas sanas de bajar los niveles ante los cambios que nos presenta la vida, ¿cómo? con ejercicio, técnicas de relajación, meditación o cualquier estrategia que te funcione.

– Dar sentido a las pérdidas:

No tratar de evitar pensar o sentir, ya que si tratamos de evitar pensar, ese pensamiento vendrá a nuestra mente con mayor fuera. Por ello, trae ese pensamiento y analízalo con profundidad.

– Confía en alguien:

Compartir nuestras vivencias es uno de los procesos más curativos para el ser humano.

– No controlar la elaboración de duelo de los demás:

Cada uno elabora el duelo de forma única y personal, y con sus recursos.

– No resistirnos a los cambios:

Recordar que en los cambios está el crecimientos e intentar sacar la parte positiva de ello.

– Hacer un ritual:

Dar nuestro propio sentido a la pérdida, por ejemplo, si hemos perdido una mascota, permitirnos realizarle un ritual y despedirla.

Conclusión

Como conclusión, la mayoría de los duelos que elaboramos en nuestra vida suelen ser difíciles pero podemos mirarlos como parte de una transición, y es que nuestra vida esta llena de transiciones y cambios a los que nos tenemos que enfrentar todos los días. Por ello, podemos optimizar nuestras estrategias de afrontamiento y tener más herramientas en el día de mañana para hacer frente a las dificultades que nos pueden sobrecoger.

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Si necesitas ayuda porque estás atravesando una situación de duelo y se te está haciendo difícil poder manejarla, en nuestra consulta de Psicología situada en el centro de Bilbao trabajamos la terapia de duelo. Contacta con nuestro equipo de psicólogos y te atenderán en lo necesario.

Diana Synelnyk

Psicóloga General Sanitaria

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